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AYUDA TERAPÉUTICA EN LA TERCERA EDAD: PORQUE A VECES NUESTROS MAYORES SUFREN

La Psicología de la Tercera Edad tiene unas características muy particulares, que se tienen que adaptar a la personalidad y necesidades del paciente.

Es muy frecuente que las personas mayores estén obsesionadas por pequeños problemas que les atormentan. No pueden salir de su bucle y desesperan a las personas que les rodean que les explican las cosas mil veces y la obsesión continúa. Obsesiones y preocupaciones por cosas que a veces pueden ser tan pequeñas como dónde guardé el recibo del gas, les hace sufrir enormemente, y la paciencia no siempre llega, o la forma de afrontar estas situaciones tampoco son adecuadas.

Otro problema de las personas mayores es el sufrimiento físico que le producen los achaques físicos: perder la movilidad, estar dependiendo de pastillas, del azúcar, del colesterol, les hace sentirse personas en tiempo de descuento. Se aferran a la vida, pero se sienten atrapados en el circulo de la enfermedad, que se convierte en el núcleo de sus vidas, siendo incapaces de hacer o pensar en algo diferente.

La soledad es otro de los grandes problemas. Necesitan hablar, sentirse acompañados y esto no siempre es fácil, en algunas ocasiones por falta de movilidad, en otros por no saber qué hacer, dónde ir o simplemente por haberse acomodado a estar en su soledad día tras día, semana tras semana. Viendo pasar los días sucesivamente, sin más. No tienen o no se les ocurre como ocupar el tiempo. Han tirado la toalla.

Tambien hay ancianos “demandantes”, buscan constantemente la atención de sus hijos de una forma exagerada, adoptando un “rol de enfermos” que en ocasiones no se corresponde con su situación física, pero de la que sacan la renta de la atención constante, a pesar del desgaste de los familiares.

Nuestros ancianos son sabios. Muchos están asustados, temen a la muerte, y hay que ayudarles a aceptar una situación que a todos nos llega, inexorablemente.

La terapia de la reminiscencia (haciéndoles recordar momentos placenteros de su vida), pequeños juegos de memoria, dejarles hablar todo lo que necesitan, hacerles sentirse escuchados y comprendidos, ayudarles a descentrarse de los dolores, es fundamental para ellos.

Si una persona joven sufre y va al psicólogo,¿por qué no aceptamos esta realidad para nuestros mayores?