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MANDALAS. CUANDO COLOREAR NO ES SÓLO COSA DE NIÑOS

Una queja muy frecuente en los pacientes con ansiedad, estrés, depresión, ideas obsesivas al terminar una relación, preocupaciones recurrentes es: “no puedo dejar de pensar”.

 Lo que quieren decir es: no puedo relajarme, no puedo sacarme los malos pensamientos de la cabeza.

 Pensar puede ser bueno, y soñar despierto, increíblemente agradable, pero los pensamientos obsesivos agotan psíquicamente a la persona.

 Necesitan técnicas que le ayuden a desconectar la mente, y algunas veces son incapaces de disfrutar de una sesión de relajación.

 En este punto la arte-terapia puede ser una excelente herramienta terapéutica para producir esa desconexión con los pensamientos que nos atenazan y nos invaden.

 Hay muchos tipos de arte-terapia, pero yo os quiero hablar de una que por su sencillez, es tan buena para niños como para ancianos, para trastornos de ansiedad como para superar un duelo.

 Sencillo, barato y fácil: COLOREAR.

 La explicación más técnica se basaría en el hecho de que el hemisferio izquierdo es el encargado de la racionalización, búsqueda de soluciones, y es el que está más activo cuando ponemos en marcha nuestra batería de preocupaciones. Sin embargo, el hemisferio derecho, que se suele emplear mucho menos, pertenece a lo no racional, el dirigido a las emociones.

 NIVELES DE DIFICULTAD SEGÚN CARACTERÍSTICAS DEL PACIENTE

 Con los niños se suelen utilizar mandalas sencillas. Son dibujos geométricos que tienen que colorear según sus preferencias. Tienen un nivel de complejidad ascendente, y ayuda tanto a niños con un exceso de actividad motora como aquellos que necesitan mejorar su atención.

 En adultos, y centrándonos en aquellos que tienen algún tipo de pérdida cognitiva, les ayuda a ejercitar la mente, y relajarse. Se pueden utilizar dibujos para colorear infantiles, con un grado de complejidad adecuado a la capacidad cognitiva que tiene la persona. A veces necesitan guías para los colores (marcar pequeños puntos en las áreas que van a ser coloreadas), y en otras, si son dibujos con su representación en el mundo real, intentar que utilicen los colores que sean adecuados (partes del cuerpo color carne, labios rojos, etc).

 En las personas que están sometidas a un alto nivel de estrés o tienen pensamientos obsesivos recurrentes, la concentración en la elección de colores, el trazo fino necesario, etc, hacen que se centren en una actividad lejana del mundo de sus preocupaciones, pudiendo ocupar ese espacio mental en actividades que les producen calma y satisfacción.

 Los mandalas siguen siendo una buena elección, sin embargo, en los últimos años han salido al mercado libros para colorear para adultos que configuran pequeñas obras de arte, y que producen un enorme nivel de abstracción y concentración en los adultos, que al final de su “rato de colorear”, sienten las mismas sensaciones de tranquilidad que una sesión de relajación.

ejemplo de un libro de colorear para adultos

"El Jardín Secreto". Johanna Basfotd